
Somos La Shell
La de las rutas, la de tu barrio, la que elegís todos los días, la de siempre. La de todos.
La de tus ídolos
La Chiqui
La Sole
La Joya
La Shell
Shell de un vistazo
Nuestra historia en Argentina










Hacía apenas semanas que había comenzado la Primer Guerra mundial y al puerto de Buenos Aires arribaban mensualmente numerosos barcos. Pero en el bosque de mástiles y chimeneas se destacaba el San Melito: allá por 1914 era el buque petrolero más grande del mundo y traía una carga de fuel oil y asfalto mexicanos enviados por la Royal Dutch Shell a su primer representante en el país, la Anglo Mexican Petroleum Products Co., con sede en Balcarce 278 de la Ciudad de Buenos Aires.
Ese 10 de septiembre comenzó la larga historia de Shell en la Argentina. Los primeros pasos fueron cargamentos regulares de productos bituminosos de 500 a 1.000 toneladas para clientes, como Cervecerías Palermo. Para fin de año, Shell estaba terminando de construir seis tanques en Dock Sud para almacenar productos pesados y ya comercializaba en el mercado argentino el Transoil y el Ordoil, ambos aceites de uso industrial.
Al año siguiente, de esos tanques partió una red de cañerías para abastecer de combustible a clientes industriales. Shell operaba un departamento de asfaltos con técnicos especializados en vialidad y una flotilla de buques cisterna para abastecer a los más de 60 navíos que, cada día, recalaban en el puerto en Buenos Aires. En 1917, Shell comenzó a explorar su primera concesión en la cuenca del Golfo San Jorge, en Comodoro Rivadavia, un área de 9.000 hectáreas.
En 1920, empezó la comercialización de diesel oil en tambores de 800 litros y envíos al interior del país. El paso se aceleró en 1921, cuando se abrió la primera sucursal en Rosario. Comenzó también la importación de nafta y kerosene y, a su vez, se inició la exploración del Yacimiento Diadema, a 27 kilómetros de Comodoro Rivadavia.
A ocho años de llegar al país, la presencia de Shell estaba madurando. En 1922, Shell lanza su primera marca de nafta, “Energina”, vendida en carros tanque. En Mar del Plata, se inauguraron los primeros surtidores “Little Junior”, que despachaban a razón de tres litros por minuto. En todo el país se vendía a domicilio el kerosene “Aurora”, una verdadera revolución en los hábitos cotidianos de los argentinos.
Con la Primera Guerra Mundial ya en el recuerdo, el parque automotor en el país se expandió rápidamente. Shell abrió depósitos y sucursales en todo el país. En 1923, se inauguró el depósito de Casa Amarilla en el barrio de La Boca, que recibía vagones tanque desde Dock Sud.
La vida en Shell
En Shell son los empleados quienes modelan su propia carrera profesional – video en inglés
Más información sobre nuestra empresa
También le puede interesar

Oportunidades Laborales
Descubrir la influencia que podría ejercer con un puesto de trabajo en Shell.